En el marco de las Primeras Jornadas de Obesidad de la Universidad Autónoma (UA), la Dra. Peggy Vergara, médica Internista Obesóloga, destaca la necesidad de un cambio de paradigma en el tratamiento de la obesidad. Este enfoque considera la obesidad no solo como un problema de sobrealimentación, sino como una enfermedad crónica y multifactorial que impulsa la sobrealimentación. Enfoque Integral y Multidisciplinario: La Dra. Vergara subraya la importancia del papel del equipo médico multidisciplinario en el manejo de la obesidad. La obesidad es una enfermedad caracterizada por un aumento del tejido adiposo disfuncional, cuya inflamación está vinculada a múltiples comorbilidades y afecta el equilibrio neuroinmunometabólico y psicosocial, con graves consecuencias para la salud , explica. Cambio de Paradigma en el Tratamiento: El tratamiento eficaz de la obesidad requiere un cambio fundamental en la comprensión de sus causas. La sobrealimentación no produce obesidad; es la obesidad la que induce a la sobrealimentación. Del mismo modo, la subalimentación no cura la obesidad. Un tratamiento efectivo debe promover un déficit calórico que lleve a una alimentación balanceada y nutricionalmente adecuada , enfatiza la Dra. Vergara. Reconocimiento de la Obesidad como Enfermedad: Declarar la obesidad como enfermedad legitima su tratamiento médico y elimina el estigma de falta de fuerza de voluntad. Esto permite a los pacientes acceder a tratamientos adecuados dentro del sistema de salud, evitando soluciones mágicas y costosas que no ofrecen resultados sostenibles. Visión Integral y Abordaje Multisistémico: Los profesionales de la salud deben abordar la obesidad de manera integral y multisistémica para reducir la morbimortalidad asociada a esta condición. Más de la mitad de la población mundial padece sobrepeso y obesidad, y este problema va más allá de la estética, afectando la calidad de vida , concluye la Dra. Vergara. Evento y Participación: Las Primeras Jornadas de Obesidad se celebrarán el 16 y 17 de mayo en el auditorio de la UA, reuniendo a profesionales de diversas áreas para analizar y debatir sobre este importante tema de salud mundial.
Sin duda, los comportamientos de los consumidores han cambiado, dando un giro a decisiones de compra más conscientes con el planeta. Así lo muestra el informe “Tendencia de Consumo on line con impacto positivo en Chile y América Latina” , elaborado por la plataforma de e-commerce Mercado Libre, según el cual la demanda de opciones sustentables ha crecido más de un 30% en Latinoamérica en el último año y particularmente en Chile se ha incrementado en un 18%. En la misma línea, un análisis realizado por Accenture arrojó que el 43% de los chilenos afirma que ha aumentado sus expectativas en los últimos dos años respecto al impacto positivo que tienen las empresas en el medioambiente, mientras que el 64% dijo que ha cambiado de marca en los últimos 12 meses porque no cumple con las perspectivas de cuidado medioambiental. En este contexto, un sector que se ha hecho cargo de esta realidad es la industria de la limpieza, instaurando soluciones de impacto positivo, que generan beneficios sociales y ambientales. Se trata de la llamada “limpieza sustentable” , un concepto que hace alusión al desarrollo de estos artículos con una mayor conciencia ambiental en su producción, incorporando tecnología y creando nuevos formatos al alcance de los consumidores. Pero, ¿cómo saber si un producto entra en esta categoría? Desde NanoLife, start up chilena que marcó un hito al crear la primera línea de productos de limpieza con nanotecnología natural, nos cuentan algunas claves. La importancia de la economía circular De acuerdo a datos del Ministerio de Medio Ambiente (MMA), el 58% de los residuos sólidos municipales en Chile corresponde a orgánicos, es decir, restos de verduras, de frutas, de podas, entre otros. De ellos, sólo un 1% se valoriza y el resto llega a los rellenos sanitarios o vertederos, donde pueden generar serios problemas ambientales. Bajo esta premisa, y gracias a la nanotecnología, NanoLife tomó las cáscaras de naranja y las convirtió en un agente de limpieza 1.000 veces más pequeño que un grano de arena, con un poder de remoción y efectividad superior. Ese es el componente central de su antigrasas, limpiapisos desinfectante, multiusos desinfectante y limpiavidrios, todos biodegradables e hipoalergénicos. Menor peso, menor huella ambiental El transporte es una de las industrias más nocivas para el medioambiente. Sólo en Santiago los automóviles y buses emiten anualmente 48.400 toneladas de contaminantes. De ahí la importancia de elaborar opciones que disminuyan la huella asociada a su distribución. En el caso de NanoLife crearon un formato compacto, las Nanorecargas. Es un modelo más evolucionado de recarga en limpieza y desinfección, que considera formatos hasta 50 veces más livianos y pequeños y que están concentrados en un nuevo nivel gracias al poder de la nanotecnología. Así, en lugar de necesitar varios camiones para distribuirlos a lo largo de Chile, se pueden trasladar cientos de litros en pequeños espacios. Dejar de lado los plásticos de un solo uso El plástico es uno de los grandes responsables del daño a los ecosistemas. Según Naciones Unidas el mundo produce 430 millones de toneladas métricas de este elemento al año, número que se triplicaría de aquí al 2060. Por eso, si hablamos de limpieza sustentable es necesario prescindir de estos elementos. Para Nanolife esa es una prioridad, por ello su modelo de recarga rápida fomenta la reutilización de las botellas, evitando envases que se usan por poco tiempo y pueden demorar más de 500 años en degradarse. A la fecha, ya han vendido más de 50.000 Nanorecargas, evitando alrededor de 2 toneladas de plásticos de un solo uso.
Ha sido utilizado como alimento, especia, suplemento, agente aromatizante y en remedios tradicionales desde hace más de 3000 años. Hablamos del jengibre, la planta medicinal que se encuentra entre las más beneficiosas para la salud y que capta cada vez mayor atención entre todos aquellos que buscan proteger su organismo. Algo que no es de extrañar, si consideramos que su consumo tiene numerosos efectos sobre algunas de las enfermedades más comunes. “Su ingesta juega a favor del control de la diabetes, el síndrome metabólico, los niveles de colesterol y el metabolismo de los lípidos, además de la inflamación. Asimismo, los estudios han demostrado que los extractos de jengibre muestran efectos potenciales en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer” , comenta Ximena Rodríguez, directora Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Bernardo O´Higgins (UBO). Así, la evidencia actual in vitro y en modelos animales ha demostrado que el jengibre posee efectos antioxidantes y antiinflamatorios, que pueden reducir los síntomas de enfermedades inflamatorias crónicas, en particular, el dolor gracias a un efecto modulado a través de diversos mecanismos. Pero no sólo desde la perspectiva medicinal es un aporte. “Nutricionalmente hablando es también muy rico, ya que contiene entre un 3% y un 6% de grasas, 9% de proteína, 60%–70% de carbohidratos y entre 3%–8% fibra” , asegura Rodríguez, añadiendo que puede ser consumido como té de jengibre, rallado en las comidas o bien en capsulas, con dosis recomendadas van entre 0,1 g – 2,0 g. Justamente ese potencial y su versatilidad han llevado a que hoy esté presente como ingrediente central en distintos productos, siendo uno de ellos el chocolate. La compañía ecuatoriana Paccari, que ha recibido más de 400 premios internacionales por su calidad y proceso de producción sostenible, asegura que su barra Jengibre Chía 60% cacao es una de las que capta cada vez más fanáticos por su aroma y fuertes sabores, además de sus propiedades curativas. Ese éxito los llevó a incluirlo también en novedosas pepas de cacao cubiertas con chocolate jengibre.
Mantener limpia la cocina es una tarea fundamental si hablamos del aseo del hogar. En ese sentido, uno de los grandes desafíos es eliminar la grasa que se acumula en todas las superficies a diario sin tener que recurrir a productos químicos que pueden dañar la salud de las personas y el planeta. La respuesta ante eso suelen ser los limpiadores de origen natural, que tienen como ingrediente central esencias propias de la naturaleza, las cuales pueden dar vida a fórmulas altamente eficaces. Pero ¿cuáles son los elementos que podemos encontrar en el entorno y pueden ayudar en esta misión? Una de las respuestas es la cáscara de naranja, conocida por su poder cítrico para combatir la grasa de la cocina, especialmente aquella que se deposita en zonas de acero inoxidable y en otros artículos como ollas y sartenes. De hecho, hay quienes preparan sus propios limpiadores en casa, utilizando este residuo orgánico. “La composición química de la cáscara de naranja tiene, entre otros componentes, fibra y carbohidratos. Estos últimos son básicamente estructuras polares que tienen afinidad con ciertas zonas de estas estructuras grasas. Al existir esta afinidad, interactúan y son atrapadas, pudiendo ser eliminadas fácilmente” , señala Edith Pinto, directora de la escuela de Química y Farmacia de la Universidad Bernardo O´Higgins. A lo anterior, agrega que su fuerte aroma ayuda a neutralizar los malos olores y además posee propiedades desinfectantes. Tomando esto como base, las empresas se han propuesto incorporarla en sus líneas de limpieza y desinfección doméstica. Es el caso de la startup chilena NanoLife, que lanzó un poderoso Antigrasa elaborado con nanotecnología a partir del aceite de la cáscara de naranja, lo cual le otorga un poder de penetración y remoción de manchas superior a otras alternativas. A veces se cree que un producto natural es menos efectivo, pero gracias al poder de la nanotecnología logramos desarrollar un nano agente de limpieza natural muy pequeño, con una capacidad de remoción superior a la de los productos que actualmente se encuentran en el mercado” , detalla Marcelo Olivares, CEO de NanoLife, agregando que el agente de limpieza que crearon es 1.000 veces más pequeño que un grano de arena. Es ese desarrollo científico el que además les permite presentar el Antigrasa en un novedoso formato, las Nanorecargas, más pequeñas que la palma de la mano y listas para diluir en agua, evitando así el exceso de envases plásticos contaminantes que se asocian a esta industria. “Las personas se están inclinando por la sustentabilidad, pero sin sacrificar calidad. Nuestra propuesta considera una tercera variable que es conveniencia, ya que con las Nanorecargas el consumidor se ahorra el costo de los envases plásticos de un solo uso. Nuestro objetivo es ofrecer productos eficaces, sustentables y convenientes para hogares y empresas, todo gracias a la nanotecnología hecha en Chile” , comenta Olivares, al mismo tiempo que asegura que la cáscara de naranja ha sido un poderoso aliado en el desarrollo de toda la gama de productos NanoLife, que incluye también Limpiapisos Desinfectante, Multiusos Desinfectante y Limpiavidrios, todos con la certificación de biodegradabilidad entregada por el Dictuc.
El cambio climático se está sintiendo cada vez con más fuerza, donde las extensas sequías, olas de calor, disminución de las lluvias, entre otros efectos de este tipo, son los protagonistas del presente y los cuales se intensificarán en el futuro. Por eso, cabe preguntarse ¿de qué manera el cambio climático está impactando en los alimentos que consumimos? ¿Cómo se están modificando los cultivos tras las consecuencias de este fenómeno? ¿Podríamos esperar nuevos desarrollos a partir de este escenario? Luis Saona, investigador del Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio), busca responder algunas de estas interrogantes a través de su innovadora investigación, la cual apunta a explorar la adaptación a largo plazo de levaduras a bajas temperaturas. El foco es estudiar si dicho proceso es resultado de mutaciones genéticas o producto de cambios a nivel de cromatina, como una forma de memoria celular. El análisis -comenta el investigador- promete entregar información valiosa, contribuyendo a comprender la biología y ecología microbiana, especialmente en cómo los microorganismos se adaptan a condiciones ambientales extremas. “Los resultados que se obtengan lo podrían posicionar como un artículo pionero a nivel mundial al servir como fuente de aplicaciones biotecnológicas importantes, como en la industria alimentaria donde se podría mejorar la eficiencia de los procesos fermentativos, minimizando así la dependencia de insumos y optimizando la producción en diferentes sectores industriales. Además, entendiendo que el uso de recursos y la capacidad de adaptación a condiciones extremas se vuelven imperativas en el contexto del cambio climático, esta publicación también permitiría entender cómo los microorganismos responden a las variaciones de temperatura, lo que puede ayudar a predecir y mitigar sus efectos en los ecosistemas globales” , señala. Una investigación de clase mundial Utilizando técnicas de vanguardia en genética molecular y análisis de datos, como la secuenciación genómica, ATCA-seq y la edición genética CRISPR/Cas9, el proyecto actualmente se encuentra en su fase inicial y está programado para extenderse por un período de tres años. En relación a su metodología, el estudio se llevará a cabo mediante cultivos de levaduras envejecidos hasta 60 días y de diferentes cepas de S. eubayanus bajo diversas circunstancias metabólicas, “intentando imitar las condiciones naturales, donde los nutrientes son limitados y los entornos ambientales de crecimiento son adversos” , precisa Saona. El especialista espera que los primeros resultados del proyecto estén disponibles aproximadamente dentro del primer año, una vez que se hayan completado todos los cultivos iniciales a largo plazo y los análisis preliminares. “Este proyecto finalmente destaca la importancia de la ciencia básica y cómo, a través de la observación y experimentación en condiciones que imitan los desafíos naturales, podemos desentrañar los complejos mecanismos de la evolución” , asegura el investigador del iBio.
En el marco de las Primeras Jornadas de Obesidad de la Universidad Autónoma (UA), la Dra. Peggy Vergara, médica Internista Obesóloga, destaca la necesidad de un cambio de paradigma en el tratamiento de la obesidad. Este enfoque considera la obesidad no solo como un problema de sobrealimentación, sino como una enfermedad crónica y multifactorial que impulsa la sobrealimentación. Enfoque Integral y Multidisciplinario: La Dra. Vergara subraya la importancia del papel del equipo médico multidisciplinario en el manejo de la obesidad. La obesidad es una enfermedad caracterizada por un aumento del tejido adiposo disfuncional, cuya inflamación está vinculada a múltiples comorbilidades y afecta el equilibrio neuroinmunometabólico y psicosocial, con graves consecuencias para la salud , explica. Cambio de Paradigma en el Tratamiento: El tratamiento eficaz de la obesidad requiere un cambio fundamental en la comprensión de sus causas. La sobrealimentación no produce obesidad; es la obesidad la que induce a la sobrealimentación. Del mismo modo, la subalimentación no cura la obesidad. Un tratamiento efectivo debe promover un déficit calórico que lleve a una alimentación balanceada y nutricionalmente adecuada , enfatiza la Dra. Vergara. Reconocimiento de la Obesidad como Enfermedad: Declarar la obesidad como enfermedad legitima su tratamiento médico y elimina el estigma de falta de fuerza de voluntad. Esto permite a los pacientes acceder a tratamientos adecuados dentro del sistema de salud, evitando soluciones mágicas y costosas que no ofrecen resultados sostenibles. Visión Integral y Abordaje Multisistémico: Los profesionales de la salud deben abordar la obesidad de manera integral y multisistémica para reducir la morbimortalidad asociada a esta condición. Más de la mitad de la población mundial padece sobrepeso y obesidad, y este problema va más allá de la estética, afectando la calidad de vida , concluye la Dra. Vergara. Evento y Participación: Las Primeras Jornadas de Obesidad se celebrarán el 16 y 17 de mayo en el auditorio de la UA, reuniendo a profesionales de diversas áreas para analizar y debatir sobre este importante tema de salud mundial.
Sin duda, los comportamientos de los consumidores han cambiado, dando un giro a decisiones de compra más conscientes con el planeta. Así lo muestra el informe “Tendencia de Consumo on line con impacto positivo en Chile y América Latina” , elaborado por la plataforma de e-commerce Mercado Libre, según el cual la demanda de opciones sustentables ha crecido más de un 30% en Latinoamérica en el último año y particularmente en Chile se ha incrementado en un 18%. En la misma línea, un análisis realizado por Accenture arrojó que el 43% de los chilenos afirma que ha aumentado sus expectativas en los últimos dos años respecto al impacto positivo que tienen las empresas en el medioambiente, mientras que el 64% dijo que ha cambiado de marca en los últimos 12 meses porque no cumple con las perspectivas de cuidado medioambiental. En este contexto, un sector que se ha hecho cargo de esta realidad es la industria de la limpieza, instaurando soluciones de impacto positivo, que generan beneficios sociales y ambientales. Se trata de la llamada “limpieza sustentable” , un concepto que hace alusión al desarrollo de estos artículos con una mayor conciencia ambiental en su producción, incorporando tecnología y creando nuevos formatos al alcance de los consumidores. Pero, ¿cómo saber si un producto entra en esta categoría? Desde NanoLife, start up chilena que marcó un hito al crear la primera línea de productos de limpieza con nanotecnología natural, nos cuentan algunas claves. La importancia de la economía circular De acuerdo a datos del Ministerio de Medio Ambiente (MMA), el 58% de los residuos sólidos municipales en Chile corresponde a orgánicos, es decir, restos de verduras, de frutas, de podas, entre otros. De ellos, sólo un 1% se valoriza y el resto llega a los rellenos sanitarios o vertederos, donde pueden generar serios problemas ambientales. Bajo esta premisa, y gracias a la nanotecnología, NanoLife tomó las cáscaras de naranja y las convirtió en un agente de limpieza 1.000 veces más pequeño que un grano de arena, con un poder de remoción y efectividad superior. Ese es el componente central de su antigrasas, limpiapisos desinfectante, multiusos desinfectante y limpiavidrios, todos biodegradables e hipoalergénicos. Menor peso, menor huella ambiental El transporte es una de las industrias más nocivas para el medioambiente. Sólo en Santiago los automóviles y buses emiten anualmente 48.400 toneladas de contaminantes. De ahí la importancia de elaborar opciones que disminuyan la huella asociada a su distribución. En el caso de NanoLife crearon un formato compacto, las Nanorecargas. Es un modelo más evolucionado de recarga en limpieza y desinfección, que considera formatos hasta 50 veces más livianos y pequeños y que están concentrados en un nuevo nivel gracias al poder de la nanotecnología. Así, en lugar de necesitar varios camiones para distribuirlos a lo largo de Chile, se pueden trasladar cientos de litros en pequeños espacios. Dejar de lado los plásticos de un solo uso El plástico es uno de los grandes responsables del daño a los ecosistemas. Según Naciones Unidas el mundo produce 430 millones de toneladas métricas de este elemento al año, número que se triplicaría de aquí al 2060. Por eso, si hablamos de limpieza sustentable es necesario prescindir de estos elementos. Para Nanolife esa es una prioridad, por ello su modelo de recarga rápida fomenta la reutilización de las botellas, evitando envases que se usan por poco tiempo y pueden demorar más de 500 años en degradarse. A la fecha, ya han vendido más de 50.000 Nanorecargas, evitando alrededor de 2 toneladas de plásticos de un solo uso.
Ha sido utilizado como alimento, especia, suplemento, agente aromatizante y en remedios tradicionales desde hace más de 3000 años. Hablamos del jengibre, la planta medicinal que se encuentra entre las más beneficiosas para la salud y que capta cada vez mayor atención entre todos aquellos que buscan proteger su organismo. Algo que no es de extrañar, si consideramos que su consumo tiene numerosos efectos sobre algunas de las enfermedades más comunes. “Su ingesta juega a favor del control de la diabetes, el síndrome metabólico, los niveles de colesterol y el metabolismo de los lípidos, además de la inflamación. Asimismo, los estudios han demostrado que los extractos de jengibre muestran efectos potenciales en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer” , comenta Ximena Rodríguez, directora Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Bernardo O´Higgins (UBO). Así, la evidencia actual in vitro y en modelos animales ha demostrado que el jengibre posee efectos antioxidantes y antiinflamatorios, que pueden reducir los síntomas de enfermedades inflamatorias crónicas, en particular, el dolor gracias a un efecto modulado a través de diversos mecanismos. Pero no sólo desde la perspectiva medicinal es un aporte. “Nutricionalmente hablando es también muy rico, ya que contiene entre un 3% y un 6% de grasas, 9% de proteína, 60%–70% de carbohidratos y entre 3%–8% fibra” , asegura Rodríguez, añadiendo que puede ser consumido como té de jengibre, rallado en las comidas o bien en capsulas, con dosis recomendadas van entre 0,1 g – 2,0 g. Justamente ese potencial y su versatilidad han llevado a que hoy esté presente como ingrediente central en distintos productos, siendo uno de ellos el chocolate. La compañía ecuatoriana Paccari, que ha recibido más de 400 premios internacionales por su calidad y proceso de producción sostenible, asegura que su barra Jengibre Chía 60% cacao es una de las que capta cada vez más fanáticos por su aroma y fuertes sabores, además de sus propiedades curativas. Ese éxito los llevó a incluirlo también en novedosas pepas de cacao cubiertas con chocolate jengibre.
Mantener limpia la cocina es una tarea fundamental si hablamos del aseo del hogar. En ese sentido, uno de los grandes desafíos es eliminar la grasa que se acumula en todas las superficies a diario sin tener que recurrir a productos químicos que pueden dañar la salud de las personas y el planeta. La respuesta ante eso suelen ser los limpiadores de origen natural, que tienen como ingrediente central esencias propias de la naturaleza, las cuales pueden dar vida a fórmulas altamente eficaces. Pero ¿cuáles son los elementos que podemos encontrar en el entorno y pueden ayudar en esta misión? Una de las respuestas es la cáscara de naranja, conocida por su poder cítrico para combatir la grasa de la cocina, especialmente aquella que se deposita en zonas de acero inoxidable y en otros artículos como ollas y sartenes. De hecho, hay quienes preparan sus propios limpiadores en casa, utilizando este residuo orgánico. “La composición química de la cáscara de naranja tiene, entre otros componentes, fibra y carbohidratos. Estos últimos son básicamente estructuras polares que tienen afinidad con ciertas zonas de estas estructuras grasas. Al existir esta afinidad, interactúan y son atrapadas, pudiendo ser eliminadas fácilmente” , señala Edith Pinto, directora de la escuela de Química y Farmacia de la Universidad Bernardo O´Higgins. A lo anterior, agrega que su fuerte aroma ayuda a neutralizar los malos olores y además posee propiedades desinfectantes. Tomando esto como base, las empresas se han propuesto incorporarla en sus líneas de limpieza y desinfección doméstica. Es el caso de la startup chilena NanoLife, que lanzó un poderoso Antigrasa elaborado con nanotecnología a partir del aceite de la cáscara de naranja, lo cual le otorga un poder de penetración y remoción de manchas superior a otras alternativas. A veces se cree que un producto natural es menos efectivo, pero gracias al poder de la nanotecnología logramos desarrollar un nano agente de limpieza natural muy pequeño, con una capacidad de remoción superior a la de los productos que actualmente se encuentran en el mercado” , detalla Marcelo Olivares, CEO de NanoLife, agregando que el agente de limpieza que crearon es 1.000 veces más pequeño que un grano de arena. Es ese desarrollo científico el que además les permite presentar el Antigrasa en un novedoso formato, las Nanorecargas, más pequeñas que la palma de la mano y listas para diluir en agua, evitando así el exceso de envases plásticos contaminantes que se asocian a esta industria. “Las personas se están inclinando por la sustentabilidad, pero sin sacrificar calidad. Nuestra propuesta considera una tercera variable que es conveniencia, ya que con las Nanorecargas el consumidor se ahorra el costo de los envases plásticos de un solo uso. Nuestro objetivo es ofrecer productos eficaces, sustentables y convenientes para hogares y empresas, todo gracias a la nanotecnología hecha en Chile” , comenta Olivares, al mismo tiempo que asegura que la cáscara de naranja ha sido un poderoso aliado en el desarrollo de toda la gama de productos NanoLife, que incluye también Limpiapisos Desinfectante, Multiusos Desinfectante y Limpiavidrios, todos con la certificación de biodegradabilidad entregada por el Dictuc.
El cambio climático se está sintiendo cada vez con más fuerza, donde las extensas sequías, olas de calor, disminución de las lluvias, entre otros efectos de este tipo, son los protagonistas del presente y los cuales se intensificarán en el futuro. Por eso, cabe preguntarse ¿de qué manera el cambio climático está impactando en los alimentos que consumimos? ¿Cómo se están modificando los cultivos tras las consecuencias de este fenómeno? ¿Podríamos esperar nuevos desarrollos a partir de este escenario? Luis Saona, investigador del Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio), busca responder algunas de estas interrogantes a través de su innovadora investigación, la cual apunta a explorar la adaptación a largo plazo de levaduras a bajas temperaturas. El foco es estudiar si dicho proceso es resultado de mutaciones genéticas o producto de cambios a nivel de cromatina, como una forma de memoria celular. El análisis -comenta el investigador- promete entregar información valiosa, contribuyendo a comprender la biología y ecología microbiana, especialmente en cómo los microorganismos se adaptan a condiciones ambientales extremas. “Los resultados que se obtengan lo podrían posicionar como un artículo pionero a nivel mundial al servir como fuente de aplicaciones biotecnológicas importantes, como en la industria alimentaria donde se podría mejorar la eficiencia de los procesos fermentativos, minimizando así la dependencia de insumos y optimizando la producción en diferentes sectores industriales. Además, entendiendo que el uso de recursos y la capacidad de adaptación a condiciones extremas se vuelven imperativas en el contexto del cambio climático, esta publicación también permitiría entender cómo los microorganismos responden a las variaciones de temperatura, lo que puede ayudar a predecir y mitigar sus efectos en los ecosistemas globales” , señala. Una investigación de clase mundial Utilizando técnicas de vanguardia en genética molecular y análisis de datos, como la secuenciación genómica, ATCA-seq y la edición genética CRISPR/Cas9, el proyecto actualmente se encuentra en su fase inicial y está programado para extenderse por un período de tres años. En relación a su metodología, el estudio se llevará a cabo mediante cultivos de levaduras envejecidos hasta 60 días y de diferentes cepas de S. eubayanus bajo diversas circunstancias metabólicas, “intentando imitar las condiciones naturales, donde los nutrientes son limitados y los entornos ambientales de crecimiento son adversos” , precisa Saona. El especialista espera que los primeros resultados del proyecto estén disponibles aproximadamente dentro del primer año, una vez que se hayan completado todos los cultivos iniciales a largo plazo y los análisis preliminares. “Este proyecto finalmente destaca la importancia de la ciencia básica y cómo, a través de la observación y experimentación en condiciones que imitan los desafíos naturales, podemos desentrañar los complejos mecanismos de la evolución” , asegura el investigador del iBio.