superando los registros prepandémicos y generando preocupación en torno a la protección de los grupos más vulnerables. La directora del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Talca, Érika Retamal, explicó que el coqueluche es una infección respiratoria causada por la bacteria Bordetella pertussis. “Parte como un resfrío común, pero luego aparece una tos seca, profunda y prolongada que ahoga y puede provocar apneas en recién nacidos”, señaló. La especialista recalcó que esta enfermedad es inmunoprevenible y que el esquema de vacunación en Chile contempla dosis en los 2, 4 y 6 meses, con refuerzos a los 18 meses, 1° básico y 8° básico. Sin embargo, advirtió que la baja en las coberturas durante la pandemia dejó a más personas susceptibles, lo que estaría influyendo en el actual aumento de contagios. Los principales grupos de riesgo son los lactantes menores de un año, que no alcanzan a completar su esquema de vacunación, y los adultos mayores de 65 años, quienes ven disminuida su inmunidad con el tiempo. “La infección no deja inmunidad permanente, por lo que se requiere fortalecer la vigilancia ante cuadros de tos persistente de más de dos semanas”, explicó Retamal. Entre las recomendaciones, la epidemióloga llamó a evitar el contacto con niños menores de un año si se cursa un cuadro respiratorio, usar mascarilla en ese contexto y mantener el lavado frecuente de manos. “El llamado es a insistir en la vacunación y en las medidas de autocuidado que aprendimos en pandemia. Proteger a los lactantes y completar los esquemas es, hoy, la mejor barrera para frenar esta enfermedad”, concluyó la especialista.
Se trata de BIOCRUST-X, una investigación que propone el diseño de costras biológicas artificiales capaces de regenerar suelos erosionados y pobres en nutrientes, inspiradas en ecosistemas extremos como la Antártica y el desierto de Atacama. Estas comunidades microbianas, explicó la académica Andrea Barrera, actúan como una cubierta natural que no solo fertiliza los suelos, sino que también puede aumentar en más de un 30% la retención de agua. El equipo está conformado por los estudiantes de Bioquímica Camila Castro y Francisco Escobar, junto a la profesora Barrera, quienes obtuvieron el primer lugar en el concurso “Embajadores UTalca por el Cambio Climático”, certamen interno de la universidad que selecciona anualmente una propuesta para representar a la institución y al país en este encuentro internacional. La iniciativa se enmarca en un desafío global urgente: según la ONU, más del 40% de los suelos del planeta están deteriorados, y en Chile la cifra alcanza al 48,7% del territorio, con 18,1 millones de hectáreas clasificadas como severamente erosionadas. El rector de la UTalca, Carlos Torres Fuchslocher, destacó que este concurso sitúa a la universidad en un contexto global: “Estamos muy esperanzados de que estas convocatorias sigan posicionando a la institución como un referente en sostenibilidad, integrando a nuestros estudiantes de pregrado en espacios de alcance mundial”. Por su parte, Camila Castro expresó: “Estamos muy felices de representar a la carrera, a la universidad y al país en una instancia tan relevante. Nos estamos preparando para estar a la altura de este importante encuentro”. La COP30 será la primera vez que se realice en una ciudad amazónica, instancia en la que líderes internacionales y negociadores revisarán los compromisos globales frente al cambio climático y la seguridad alimentaria.
El investigador de la Facultad de Ciencias de la Salud y especialista del Centro de Investigación en Trombosis y Envejecimiento Saludable (CITES), Diego Arauna, explicó que estas patologías muchas veces se diagnostican tardíamente porque suelen no presentar síntomas en sus etapas iniciales. Además, vinculó el alza de casos al envejecimiento acelerado de la población y a factores de riesgo vascular como la hipertensión, diabetes y el sedentarismo. “Los factores de riesgo pueden ser modificables —como tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, colesterol alto, obesidad, mal manejo del estrés o inactividad física—, y son estos los que debemos abordar con mayor urgencia para evitar complicaciones”, precisó Arauna. El especialista también advirtió sobre la fragilidad en personas mayores, un síndrome que implica la pérdida progresiva de capacidades físicas y mentales, aumentando el riesgo de trombosis y disminuyendo la efectividad de los tratamientos. Según la evidencia científica, el ejercicio físico regular es la herramienta más eficaz para prevenir tanto la fragilidad como las enfermedades del corazón. Por su parte, la directora de la Escuela de Enfermería de la UTalca, Claudia Zenteno Cáceres, entregó recomendaciones para mantener un corazón sano: Actividad física: 30 minutos diarios, 5 veces por semana. Puede dividirse en sesiones cortas de 10–15 minutos. Alimentación saludable: aumentar consumo de frutas, verduras, legumbres, frutos secos y pescado; reducir sal, azúcar y grasas saturadas. Manejo del estrés: realizar ejercicios de respiración, dormir entre 7–8 horas, practicar actividades relajantes y mantener contacto social. Controles médicos: controlar presión arterial, colesterol y glicemia al menos una vez al año, especialmente si existen antecedentes familiares. “Cuidar la salud mental también es cuidar el corazón. Estrés crónico, ansiedad o depresión pueden afectar directamente la presión arterial y sobrecargar el sistema cardiovascular”, advirtió Zenteno. Los especialistas recalcaron que la prevención es la mejor medicina, por lo que la adopción de hábitos saludables y los chequeos periódicos son esenciales para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares en la población.
Con este desafío en mente, la Universidad de Talca, la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y el Gobierno Regional del Maule impulsaron el proyecto “Mujeres cultivando el futuro: Claves para un manejo agroecológico del suelo”. La iniciativa capacitó a más de 100 agricultoras familiares de Yerbas Buenas y San Clemente, entregándoles conocimientos sobre diagnóstico de suelos, técnicas agroecológicas de fertilización y elaboración de abonos orgánicos, a través de módulos teóricos y prácticos en la Estación Experimental Panguilemo. Para el académico Hernán Paillán, el proyecto permite transferir innovación directamente a quienes producen los alimentos: “El desafío es proteger el suelo, que es un recurso no renovable. Les hemos transmitido la importancia de aplicar materia orgánica para mejorar la nutrición de las plantas y cuidar este recurso”. El representante regional de FIA, Robert Giovanetti, destacó que esta capacitación se enmarca en la estrategia nacional de adaptación al cambio climático: “Buscamos que las mujeres comprendan el valor del suelo, no solo para la producción, sino también para el equilibrio del ecosistema”. Desde la mirada de las participantes, la agricultora de Yerbas Buenas Yanet Gálvez expresó: “Nos ayuda a aprender cosas que muchas veces ignoramos, como conocer mejor el suelo y enriquecerlo. Para mí significa mejorar mi productividad y al mismo tiempo no contaminar”. El proyecto también tiene un enfoque de equidad de género, fortaleciendo el rol de la mujer en el agro. El alcalde de Yerbas Buenas, Jonathan Norambuena, valoró este punto: “Este tipo de iniciativas integran y potencian el rol de las mujeres en la agricultura, un sector que históricamente ha estado más vinculado a los hombres”. Con este trabajo colaborativo, el Maule avanza hacia una agricultura más sostenible, inclusiva y resiliente frente al cambio climático.
superando los registros prepandémicos y generando preocupación en torno a la protección de los grupos más vulnerables. La directora del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Talca, Érika Retamal, explicó que el coqueluche es una infección respiratoria causada por la bacteria Bordetella pertussis. “Parte como un resfrío común, pero luego aparece una tos seca, profunda y prolongada que ahoga y puede provocar apneas en recién nacidos”, señaló. La especialista recalcó que esta enfermedad es inmunoprevenible y que el esquema de vacunación en Chile contempla dosis en los 2, 4 y 6 meses, con refuerzos a los 18 meses, 1° básico y 8° básico. Sin embargo, advirtió que la baja en las coberturas durante la pandemia dejó a más personas susceptibles, lo que estaría influyendo en el actual aumento de contagios. Los principales grupos de riesgo son los lactantes menores de un año, que no alcanzan a completar su esquema de vacunación, y los adultos mayores de 65 años, quienes ven disminuida su inmunidad con el tiempo. “La infección no deja inmunidad permanente, por lo que se requiere fortalecer la vigilancia ante cuadros de tos persistente de más de dos semanas”, explicó Retamal. Entre las recomendaciones, la epidemióloga llamó a evitar el contacto con niños menores de un año si se cursa un cuadro respiratorio, usar mascarilla en ese contexto y mantener el lavado frecuente de manos. “El llamado es a insistir en la vacunación y en las medidas de autocuidado que aprendimos en pandemia. Proteger a los lactantes y completar los esquemas es, hoy, la mejor barrera para frenar esta enfermedad”, concluyó la especialista.
Se trata de BIOCRUST-X, una investigación que propone el diseño de costras biológicas artificiales capaces de regenerar suelos erosionados y pobres en nutrientes, inspiradas en ecosistemas extremos como la Antártica y el desierto de Atacama. Estas comunidades microbianas, explicó la académica Andrea Barrera, actúan como una cubierta natural que no solo fertiliza los suelos, sino que también puede aumentar en más de un 30% la retención de agua. El equipo está conformado por los estudiantes de Bioquímica Camila Castro y Francisco Escobar, junto a la profesora Barrera, quienes obtuvieron el primer lugar en el concurso “Embajadores UTalca por el Cambio Climático”, certamen interno de la universidad que selecciona anualmente una propuesta para representar a la institución y al país en este encuentro internacional. La iniciativa se enmarca en un desafío global urgente: según la ONU, más del 40% de los suelos del planeta están deteriorados, y en Chile la cifra alcanza al 48,7% del territorio, con 18,1 millones de hectáreas clasificadas como severamente erosionadas. El rector de la UTalca, Carlos Torres Fuchslocher, destacó que este concurso sitúa a la universidad en un contexto global: “Estamos muy esperanzados de que estas convocatorias sigan posicionando a la institución como un referente en sostenibilidad, integrando a nuestros estudiantes de pregrado en espacios de alcance mundial”. Por su parte, Camila Castro expresó: “Estamos muy felices de representar a la carrera, a la universidad y al país en una instancia tan relevante. Nos estamos preparando para estar a la altura de este importante encuentro”. La COP30 será la primera vez que se realice en una ciudad amazónica, instancia en la que líderes internacionales y negociadores revisarán los compromisos globales frente al cambio climático y la seguridad alimentaria.
El investigador de la Facultad de Ciencias de la Salud y especialista del Centro de Investigación en Trombosis y Envejecimiento Saludable (CITES), Diego Arauna, explicó que estas patologías muchas veces se diagnostican tardíamente porque suelen no presentar síntomas en sus etapas iniciales. Además, vinculó el alza de casos al envejecimiento acelerado de la población y a factores de riesgo vascular como la hipertensión, diabetes y el sedentarismo. “Los factores de riesgo pueden ser modificables —como tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, colesterol alto, obesidad, mal manejo del estrés o inactividad física—, y son estos los que debemos abordar con mayor urgencia para evitar complicaciones”, precisó Arauna. El especialista también advirtió sobre la fragilidad en personas mayores, un síndrome que implica la pérdida progresiva de capacidades físicas y mentales, aumentando el riesgo de trombosis y disminuyendo la efectividad de los tratamientos. Según la evidencia científica, el ejercicio físico regular es la herramienta más eficaz para prevenir tanto la fragilidad como las enfermedades del corazón. Por su parte, la directora de la Escuela de Enfermería de la UTalca, Claudia Zenteno Cáceres, entregó recomendaciones para mantener un corazón sano: Actividad física: 30 minutos diarios, 5 veces por semana. Puede dividirse en sesiones cortas de 10–15 minutos. Alimentación saludable: aumentar consumo de frutas, verduras, legumbres, frutos secos y pescado; reducir sal, azúcar y grasas saturadas. Manejo del estrés: realizar ejercicios de respiración, dormir entre 7–8 horas, practicar actividades relajantes y mantener contacto social. Controles médicos: controlar presión arterial, colesterol y glicemia al menos una vez al año, especialmente si existen antecedentes familiares. “Cuidar la salud mental también es cuidar el corazón. Estrés crónico, ansiedad o depresión pueden afectar directamente la presión arterial y sobrecargar el sistema cardiovascular”, advirtió Zenteno. Los especialistas recalcaron que la prevención es la mejor medicina, por lo que la adopción de hábitos saludables y los chequeos periódicos son esenciales para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares en la población.
Con este desafío en mente, la Universidad de Talca, la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y el Gobierno Regional del Maule impulsaron el proyecto “Mujeres cultivando el futuro: Claves para un manejo agroecológico del suelo”. La iniciativa capacitó a más de 100 agricultoras familiares de Yerbas Buenas y San Clemente, entregándoles conocimientos sobre diagnóstico de suelos, técnicas agroecológicas de fertilización y elaboración de abonos orgánicos, a través de módulos teóricos y prácticos en la Estación Experimental Panguilemo. Para el académico Hernán Paillán, el proyecto permite transferir innovación directamente a quienes producen los alimentos: “El desafío es proteger el suelo, que es un recurso no renovable. Les hemos transmitido la importancia de aplicar materia orgánica para mejorar la nutrición de las plantas y cuidar este recurso”. El representante regional de FIA, Robert Giovanetti, destacó que esta capacitación se enmarca en la estrategia nacional de adaptación al cambio climático: “Buscamos que las mujeres comprendan el valor del suelo, no solo para la producción, sino también para el equilibrio del ecosistema”. Desde la mirada de las participantes, la agricultora de Yerbas Buenas Yanet Gálvez expresó: “Nos ayuda a aprender cosas que muchas veces ignoramos, como conocer mejor el suelo y enriquecerlo. Para mí significa mejorar mi productividad y al mismo tiempo no contaminar”. El proyecto también tiene un enfoque de equidad de género, fortaleciendo el rol de la mujer en el agro. El alcalde de Yerbas Buenas, Jonathan Norambuena, valoró este punto: “Este tipo de iniciativas integran y potencian el rol de las mujeres en la agricultura, un sector que históricamente ha estado más vinculado a los hombres”. Con este trabajo colaborativo, el Maule avanza hacia una agricultura más sostenible, inclusiva y resiliente frente al cambio climático.