Compromiso de la Cámara de Comercio de Linares con el patrimonio histórico
En medio del constante avance tecnológico y los cambios sociales acelerados, es fácil olvidar los cimientos sobre los que se construyó nuestra identidad colectiva. En el caso de Linares, uno de esos pilares fue sin duda la Industria Azucarera Nacional S.A. IANSA, empresa que no solo marcó la economía local durante décadas, sino que también dejó una profunda huella social, cultural y arquitectónica en nuestra ciudad.
Fundada en 1953, IANSA no fue únicamente una fábrica de azúcar; fue motor de desarrollo, empleo y comunidad. Durante más de 60 años, generaciones completas de linarenses encontraron en sus instalaciones no solo un lugar de trabajo, sino un espacio de encuentro, solidaridad y progreso. La fábrica dio nombre incluso a un sector de nuestra ciudad - el Barrio IANSA-, símbolo inequívoco del impacto que tuvo en la organización urbana y social de Linares.
Sin embargo, con su cierre definitivo en agosto del año 2018, se cerró también una página importante de la historia local. Aunque físicamente aún permanecen algunas estructuras, el paso del tiempo y la falta de una política clara de conservación han ido deteriorando lo que queda del complejo. Hoy, como Cámara de Comercio, Turismo e Industria de nuestra ciudad, tememos que, si no actuamos a tiempo, perderemos para siempre este testimonio tangible de nuestro pasado.
Preservar el patrimonio histórico de empresas como IANSA no se trata solo de mantener edificios antiguos en pie. Se trata de recordar, de aprender y de honrar a quienes día a día hicieron posible que esta industria fuera una de las más importantes de nuestra provincia y región. Se trata de dar valor a la memoria colectiva, de reconocer que detrás de cada máquina, de cada camión cargado de remolacha, de cada reunión sindical, hubo personas reales con historias dignas de ser contadas.
Además, la conservación de este tipo de espacios puede convertirse en una oportunidad para el turismo cultural y educativo. Imaginemos un futuro museo industrial donde niños y adultos puedan conocer cómo se procesaba la remolacha, cómo era la vida laboral en la fábrica o qué papel jugaron los trabajadores en la transición económica del campo a la industria. Ese sería un homenaje vivo al legado de IANSA.
Es por ello que urge un compromiso conjunto entre instituciones, autoridades, historiadores, vecinos y ex trabajadores para desarrollar un plan integral de recuperación del patrimonio industrial de IANSA. No solo como parte de la historia económica de Linares, sino como un símbolo de identidad local que nos recuerda quiénes somos y de dónde venimos.
Nuestra Cámara de Comercio ha tomado con seriedad este compromiso, entablando conexión con organizaciones vinculadas con el rescate de la arquitectura histórica y patrimonial de Chile. También le expresamos nuestra voluntad para sumarnos activamente a iniciativas serias y concretas que garantizarán la conservación del patrimonio industrial.
En un mundo globalizado donde muchas ciudades tienden a parecerse, son precisamente estos elementos diferenciales - como el legado de IANSA- los que dotan personalidad única a un pueblo. Por eso, cuidar su memoria no es nostalgia, sino un acto de responsabilidad histórica hacia las futuras generaciones.